¿En qué consisten las pruebas de tuberculosis?
Las pruebas de tuberculosis son métodos médicos diseñados para diagnosticar esta enfermedad, especialmente en personas con síntomas sospechosos o en grupos de alto riesgo.
¿Por qué son necesarias las pruebas de tuberculosis?
La tuberculosis es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite de persona a persona a través del aire cuando alguien infectado tose, estornuda o habla. Detectarla de manera temprana es fundamental para:
- Proteger la salud pública: evitar brotes en comunidades.
- Iniciar tratamiento oportuno: Reducir complicaciones y prevenir que la enfermedad avance.
- Cumplir con requisitos legales o médicos: algunas instituciones, como las escuelas, los empleadores o los procesos migratorios, exigen pruebas de tuberculosis.
Tipos de pruebas para detectar tuberculosis
Existen dos métodos principales para diagnosticar la tuberculosis:
1. Prueba cutánea de la tuberculina (PPD o prueba de Mantoux)
Esta es una de las pruebas más comunes para detectar si una persona ha estado expuesta a la bacteria de la tuberculosis.
- ¿Cómo se realiza?
- Un médico o enfermero inyecta una pequeña cantidad de tuberculina (una proteína derivada de la bacteria) debajo de la piel, generalmente en el antebrazo.
- Después de 48 a 72 horas, el paciente debe regresar al médico para que se evalúe la reacción.
- Resultados:
- Positivo: si se forma una protuberancia o inflamación en el área de la inyección, indica que la persona ha estado expuesta a la bacteria. No necesariamente significa que tiene tuberculosis activa.
- Negativo: si no hay reacción, es poco probable que la persona haya estado expuesta a la tuberculosis.
- Limitaciones:
- La prueba puede dar falsos positivos si la persona ha recibido la vacuna BCG (Bacillus Calmette-Guérin).
- No distingue entre infección activa o latente.
2. Análisis de sangre (IGRA)
Los análisis de sangre, conocidos como pruebas de liberación de interferón gamma (IGRA, por sus siglas en inglés), son métodos más modernos para detectar tuberculosis.
- ¿Cómo se realiza?
- Se extrae una muestra de sangre y se analiza en laboratorio para medir la respuesta del sistema inmunológico a las proteínas de la bacteria de la tuberculosis.
- Resultados:
- Positivo: indica exposición a la bacteria, aunque no necesariamente implica tuberculosis activa.
- Negativo: sugiere que la persona no ha estado expuesta a la bacteria.
- Ventajas:
- No se ve afectada por la vacuna BCG.
- Solo requiere una visita, a diferencia de la prueba cutánea.
- Desventajas:
- Suele ser más costosa que la prueba cutánea.
¿Qué pasa si el resultado es positivo?
Un resultado positivo en cualquiera de las pruebas no necesariamente significa que la persona tiene tuberculosis activa. En este caso, se deben realizar pruebas adicionales, como:
1. Radiografía de tórax
Permite observar si hay daño en los pulmones característico de la tuberculosis activa.
2. Cultivo de esputo
Consiste en analizar una muestra de flema para buscar la presencia de la bacteria Mycobacterium tuberculosis.
3. Pruebas moleculares
Métodos avanzados para identificar rápidamente la presencia de la bacteria y su resistencia a medicamentos.
¿Quiénes deben realizarse las pruebas de tuberculosis?
Las pruebas de tuberculosis son recomendadas para:
- Personas en contacto cercano con alguien diagnosticado con tuberculosis activa.
- Trabajadores de la salud o personas en ambientes de alto riesgo (hospitales, prisiones, refugios).
- Personas inmunocomprometidas, como las que tienen VIH/SIDA o reciben tratamiento inmunosupresor.
- Solicitantes de residencia permanente o visas en algunos países.
- Personas con síntomas sugestivos de tuberculosis.